Antes de Dynat-Inc: reflexiones

¡Hola arqueo inquietos!

Hoy es un día especial porque hace 2 años que defendí mi tesis. Dos años en los que el Covid ha girado en torno a todas las actividades profesionales y personales, meses en los que la incertidumbre (tan presente en este proyecto) ha centrado nuestras vidas. Sin embargo, han sido dos años a los que no les puedo pedir más a nivel profesional, siendo el colofón de 2021 conseguir este postdoctorado, ser miembro de la Casa de Velázquez es, sinceramente, un sueño.

Y precisamente quiero aprovechar este post de “aniversario doctoral” para contaros un poco cómo llegué hasta aquí y cómo, a veces, los sueños, cuando menos te lo esperas, se cumplen (al menos termporalmente). No importa cómo de difícil sea el inicio del camino, sino cómo de satisfactorio sea el final. Me gustaría que este post, a modo de reflexión personal, sirva de motivación para todas aquellas personas que se inician en el mundo de la investigación con pocos medios económicos, sin beca y que sienten que el mundo va en su contra. Se puede.

Empecemos por el principio. Era 2012, había terminado el máster y quería empezar una tesis. Motivación no me faltaba, ilusión tampoco, así que todo parecía sencillo y que iba a ir sobre ruedas. Pronto me di de bruces contra la realidad: no conseguía un contrato predoctoral. FPI, FPU, becas privadas, becas específicas de universidad, … creo que eché la solicitud para unas 8-10 convocatorias. La respuesta en todas: negativa. La motivación inicial se iba minando y cada vez veía más complicado hacer una tesis. Sin embargo, me dije a mí misma: Leticia, puedes hacer una tesis sin beca. En 2013, tras obtener mi enésima respuesta negativa para hacer la tesis con financiación, opté por seguir adelante sin beca. El apoyo de mis padres (mi pilar fundamental en toda mi carrera investigadora) fue decisivo para poder seguir adelante ese año. Me matriculé en la Universidad de Navarra y empecé mi investigación. A finales de ese año, mi director me animó a ir a un congreso (“Circa Uillam”) a Bagnoles, Cataluña. Noviembre de 2013 sería el inicio de mi periodo de suerte. Allí conocía a F. Réchin, profesor de Arqueología de la Université de Pau et des Pays de l’Adour; le gustó mi proyecto y me invitó a formar parte de un proyecto de investigación que tenía en curso sobre el poblamiento en los Pirineos. Abramos un paréntesis aquí: mi nivel de francés en ese momento era de -10000 (vamos, que nunca había dado yo francés en el instituto). Así que allí me fui, en dos ocasiones, a presentar mi tema de investigación y asistir a reuniones del proyecto (Sí, os podéis imaginar mi angustia al no entender el 80% de lo que se hablaba, pero eso no me desanimó).

Recién llegada a la residencia universitaria en 2014

Parece que no le disgustó mi aportación, porque en 2014 me propuso una estancia de investigación de 3 meses. Y allí me fui, en noviembre de 2014, con mis padres llevándome en coche, a una residencia de la universidad. El primer mes, tengo que confesar, quería que me tragase la tierra…. No entendía nada, no podía comunicarme…. Pero, todavía no sé cómo, mi cerebro hizo “clic” y empecé a entender, a hablar y poco a poco fui integrándome en la vida del laboratorio. Allí conocía a mis compañeros de proyecto, hoy muchos de ellos ya doctores, y al que sería mi marido después, Alain.

Tras mi estancia de 3 meses, François me propuso una cotutela, con él como director de tesis francés. ¿Y cuál fue mi respuesta? ¡Pues que para adelante! Este fue el inicio de casi 7 años en Francia: 5 años y medio de tesis en Pau, año y medio de contrato post-tesis en la Université de Clermont-Auvergne. Los años de tesis los compaginé con trabajos diversos para poder financiar mi investigación (biblioteca universitaria, profesora interina en la UPPA, clases de español en un centro social). Hacer la tesis sin beca fue duro, pero me permitió conseguir un CV que no hubiese conseguido de otra manera: casi 300 horas de clase al terminar la tesis, artículos, participación en 3 proyectos de investigación franceses, organización de seminarios en la UPPA, congresos, año y medio de contrato como ayudante de investigación, etc.

Y llegó el final de la tesis… el 9 de diciembre de 2019. Una fecha que la recuerdo como “bonita”, de satisfacción personal y de agotamiento a partes iguales. Cinco horas y media de defensa de tesis. Y sí, digo defensa porque defendí mi investigación frente a un tribunal de 5 personas siguiendo el modelo francés. Alternando el francés con el español, fue uno de los ejercicios intelectuales más exigentes que he realizado hasta la fecha.

Y llegó la nota: Sobresaliente (el Cum Laude se hizo esperar unos días). Lo había conseguido. Cinco años y medio después había terminado mi tesis, con la máxima nota y sin contrato predoctoral. Mis padres, mi marido, mis tíos, Elena, Mónica, Sergio y Juanjo aguantaron estoicamente en la sala todo ese ejercicio intelectual.

El día de la defensa con mis directores y el tribunal

Tras la tesis vino un contrato de año y medio como ayudante de investigación en el laboratorio CHEC de la Université de Clermont Auvergne (en 2018 había trabajado ya durante 6 meses mientras hacía la tesis). Allí, pese a los imprevistos producidos por el Covid, seguí aprendiendo de prospección junto a uno de los mayores expertos de Francia en el tema: Frédéric Trément.

Sin embargo, mi objetivo estaba puesto en conseguir un postdoctorado. Desde que terminé la tesis probé suerte con la Juan de la Cierva, becas autonómicas, contratos asociados a proyecto, etc. Bueno, y también mandé mi candidatura a la Casa de Velázquez. Las respuestas negativas se volvían a encadenar… hasta marzo de 2021… Ese mes pasé a la fase de entrevista (¡ya era un logro visto el panorama!) en dos ocasiones (con días de diferencia). Primera entrevista, para un proyecto de investigación franco-alemán: negativa (quedé segunda). Segunda entrevista, Casa de Velázquez, nervios a flor de piel, una entrevista dura y a distancia por las medidas Covid. Y la respuesta llegó: ERES UNO DE LOS MIEMBROS DE LA PROMOCIÓN 2021-2022. No sabéis lo que pude llorar, lo que abracé a mi marido Alain diciéndole que no podía estar pasando. Me habían cogido, les había gustado mi CV, mi proyecto; en definitiva, les había gustado yo (una investigadora un poco atípica para el «perfil tradicional», procedente de una universidad pequeña, que había hecho la tesis sin contrato,). Lo había conseguido. Muchos pensaréis que solo es un contrato de un año. Para mí suponía el reconocimiento de 7 años de trabajo, de conseguir demostrar que, aunque no hubiese tenido beca predoctoral, podía ser igual de válida que un investigador con contrato.

En verano, todavía sin creerme que iba a formar parte de este centro (la Casa, como la llamamos familiarmente nosotros, estaba cerrada por vacaciones, pero no pude evitar hacerme la foto)

Y aquí estoy. A finales del 2021, tres meses ya en la Casa de Velázquez, un centro de investigación en ciencias humanas y sociales, con un gran prestigio, disfrutando cada día y dando todo de mí misma (quizás a veces me paso un poquito metiéndome presión XD) para conseguir hacer la mejor versión del proyecto por el que he sido seleccionada. Además, estoy aprovechando la oportunidad para no sólo hacer mi postdoctorado, sino ayudar a otros investigadores noveles a introducirse en el mundo de la investigación. Un buen proyecto arqueológico no puede hacerse solo, y quien diga lo contrario se equivoca. Es necesario un equipo de personas. Dynat-Inc es un proyecto en el que muchas personas están involucradas, con una motivación casi o más alta que la mía en conseguir unos buenos resultados. Aquí tenéis a una parte de ellos en foto.

Parte del equipo Dynat-Inc (En la web tenéis a todos)

Espero que este post sirva a muchos de vosotros que estáis en este momento en una situación parecida a la que estaba yo hace 7 años. Os animo a seguir. Si sentís que queréis hacer una tesis, no lo dudéis. Habrá obstáculos, habrá alegrías, pero no tendréis la espinita de no haberlo intentado. Porque siempre se está a tiempo de buscar trabajo en otra disciplina o cambiar radicalmente de profesión. ¡Así que, adelante arqueos inquietos! ¡Y no dudéis en escribirme o escribirnos en comentarios para contarnos vuestras experiencias, participar en el proyecto o simplemente conocernos virtualmente! Porque esto, y con ello termino el post, es una de las cuestiones más importantes: dar a conocer lo que valéis al resto de la comunidad científica y, sobre todo, ser vosotros mismos (no dejéis que la Academia os transforme en otra persona ni que vuestra salud mental se vea perjudicada por un sistema que muchas veces no valora el esfuerzo personal: lo importante es mantener vuestros valores, el camino será más largo, pero la satisfacción mayor).

PS. Este post se lo dedico a Vane, que ya la conocéis, porque siempre ha creído que podía ser un ejemplo para otros investigadores que están empezando y que se encuentran en el camino con obstáculos similares. También a Alain, porque nunca me dejó caer pese a los altibajos que tuve durante el proceso. Y a mis padres, por ser mi pilar fundamental.

Publicado por Leticia Tobalina-Pulido

Doctora en Arqueología por la Universidad de Navarra y la Université de Pau et des Pays de l'Adour. Miembro de la Casa de Velázquez-EHEHI (2021-2022). ¡Actualmente desarrollando el proyecto Dynat-Inc junto a un equipo genial! https://www.casadevelazquez.org/es/investigacion/investigadores/leticia-tobalina-pulido/

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