Uno de los problemas más repetidos en la bibliografía es la de cómo introducir el tiempo en S.I.G. (Cassini, 1999; Cheylan et al., 1999; De Runz, 2008). En efecto, la aspecto temporal en las bases de datos es un tema muy debatido, habiendo diferentes propuestas para tratar de resolver el problema (Remitimos a Cassini, 1999; Hicks, 2016).
Pero, ¿por qué es un problema? En Arqueología, en Historia, solemos decir frases del tipo: “este yacimiento está datado entre el siglo II y el IV”, “hay un predominio de cerámica bajoimperial” o “podríamos fecharlo a partir del siglo III”. Si introducimos estos datos en una base de datos de manera textual, lo haríamos de la siguiente manera (una opción posible):
Yacimiento | Fecha_ocupacion |
Num_1 | Entre el siglo II y el IV |
Num_2 | Bajoimperial |
Num_3 | A partir del siglo III |
Esta manera de introducir los datos, no nos permite hacer preguntas a la base de datos de manera generalizada. Los ordenadores “entienden” major los números y, por tanto, temenos que intentar darle los datos lo más estandarizados, simplificados y homogeneizados posibles.
En nuestro caso hemos optado por horquillas cronológicas numéricas en vez de textuales. A nuestro parecer, es la mejor forma de registrar las diferentes fases de los sitios. Las cifras pueden parecer muy exactas y precisas, pero se trata en realidad de prefijar límites cronológicos para cada fase o periodo, introduciendo así una fecha TPQ Terminus post quem) y una fecha TAQ (Terminus ante quem).
Esto permite resolver el problema de incluir texto en el tratamiento de la cronología. Si empleamos términos diferentes, no podremos después localizar las dataciones. Es decir, si por ejemplo para un sitio dado indicándose que tiene una cronología del “primer cuarto del siglo III d.C.” para la segunda fase y para otro sitio indico “primeros 25 años del siglo III d.C.”, se plantea un problema a la hora de realizar la búsqueda de una cronología entre el año 200 y el 225: ¿qué términos debo incluir en mi solicitud de información a la base de datos? ¿LIKE “primeros 25 años_”? ¿LIKE “primer cuarto_”?. Las preguntas posibles son infinitas y, en muchos casos nos conseguiremos recuperar todos los datos posibles para dicha pregunta. Sin embargo, si partimos de los límites cronológicos numéricos, podemos hacer una pregunta a la base de datos de forma numérica. Por ejemplo, si quiero saber los sitios que tienen una cronología del siglo IV d.C., indicaré “TPQ >= 300 AND TAQ < 399”.

De esta manera, si queremos introducir en la base de datos las dataciones que pusimos en la primera tabla, quedarían de la siguiente manera:
Yacimiento | TPQ | TAQ |
Num_1 | 100 | 399 |
Num_2 | 200 | 399 |
Num_3 | 200 |
Esta solución nos permite gestionar las dataciones de manera bastante eficaz. ¿Qué os parece? ¿Cómo gestionáis vosotros la cronología en vuestras bases de datos? En otro post os contaremos cómo representamos y gestionamos la imperfección de la cronología 😊.
Bibliografía
Cassini (ed.) (1999). Représentation de l’espace et Du Temps Dans Les SIG. Hermes/Lavoisier.
Cheylan, Jean-Paul, Gautier, Denis, Lardon, Sylvie, Libourel, Thérèse, Mathian, Hélène, Motet, Serge, Sanders, Lena. (1999). “Les Mots Du Traitement de l’information Spatio-Temporelle.” Revue International de Géomatique. Représentation de l’espace et Du Temps Dans Les SIG 9 (1): 11–23.
Un comentario en “¿Cómo gestionamos la datación en la base de datos del proyecto?”